Myanmar es el país del legendario Reino de Pagán, de una geografía privilegiada de bosques, lagos y selvas, que cubren más de la mitad de su territorio, de un patrimonio que atesora joyas artísticas y monumentales, de una riquísima diversidad étnica y de un lugar que conserva modos de vida y oficios ancestrales. Myanmar, recientemente abierto al turismo, seduce al viajero por todo lo anterior, pero también por la amabilidad y la sempiterna sonrisa de sus habitantes, donde el tiempo parece que se ha detenido.
Myanmar está situado en el sudeste asiático, entre la meseta del Tíbet y la península malaya, y rodeada de montañas que limitan su frontera con otros países.
Tiene una extensión de 676.575 km2, cuenta con una población de unos 54 millones de habitantes, y su capital es Naipyidó.
Limita al norte y noreste con China, al oeste con India y Bangladés, al sur con la Bahía de Bengala y el Mar de Andamán y el este con Tailandia y Laos.
Myanmar se puede visitar todo el año.
En general, la mejor época para viajar es de Noviembre a Abril, ya que corresponde a su estación seca, donde las temperaturas tienden a ser más suaves.
Los españoles deberán tener el pasaporte en regla, con una validez mínima de seis meses, a contar a partir del día de salida.
Es necesario visado.
Es recomendable inscribirse en el registro de viajeros del Ministerio de Exteriores, para facilitar la atención ante eventuales situaciones de emergencia o necesidad.
No hay que pagar tasas de entrada y salida en los aeropuertos, ya que están incluidas habitualmente en los billetes aéreos.
Los ciudadanos españoles no necesitan vacunas obligatorias, para entrar al país.
Es recomendable acudir al médico de cabecera, que le asesorará sobre las medidas profilácticas necesarias.
Para más información, consultar aquí.
Los viajeros que no tengan nacionalidad española, deberán consultar con su consulado o embajada.